Simple y muy complejo.
Simple y contento!! porque salta a la vista la obsolescencia súbita que experimentó este invento de la “ingeniería económica cosmética”. En mi canal se encuentran los fundamentos https://www.youtube.com/watch?v=Uae5Hu8uAbo (EBITDA – Ficción y Manipulación Financiera).
Muy complejo para quienes son EBITDA followers.
Primero, ellos deberán levantar un exhaustivo mapeo de los sectores e industrias que ya han adoptado AI; determinar cuáles serán las siguientes hornadas y sucesivamente.
Segundo, complementar este mapeo con identificar las variedades de AI incorporadas.
Tercero, medir la efectividad de las AI y su impacto en las variables de evaluación o de valorizaciones de las compañías, no existiendo duda alguna que se encontrarán con importantes dificultades en sus proyecciones. Gran desafío, en sí mismo y por la escasísima disponibilidad de especialistas preparados.
En cuarto término, la pregunta de rigor es ¿cuál sería el criterio de amortización de las inversiones en AI? Mi recomendación es reconocerlas ipso facto con cargo a resultado, considerando que la vorágine progresiva de cambios no dará espacio para metodologías aplicadas hasta hace poco. Y como máximo absoluto de dos años.
En consecuencia, el acrónimo se ve reducido automáticamente a EBIT. Suena divertido; les aliviana la pega de creatividad a los followers. Pero, ni tanta alegría, ya que los “earnings (E)” deberán ser casi idénticos a la generación de flujos por lo que en términos de evaluación económica es muchísimo más exigente.
Finalmente el quinto efecto consiste en el aumento de rentabilidad que prometen las AI, lo cual implicará incremento en las obligaciones tributarias. Por lo tanto, la valuación de empresas tendría más sustento si se efectúa en base a múltiplos sobre un indicador EAIT (Earnings AFTER Income Taxes) sustituyendo al EBIT.
La discusión se viene segura.